25 Deciembre 2019 – La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo

Hoy, todos nos hemos reunido para celebrar el Nacimiento de Nuestro Señor.  El profeta Isaías profetizó: “todos los confines de la tierra contemplarán la salvación de nuestro Dios”,  a su vez el libro de Hebreos nos dice: “en estos últimos días, Dios nos ha hablado por medio del Hijo”, también  Juan en el Evangelio dice: “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.  Queridos, es esta Palabra la que se hizo carne que todos hemos venido a adorar.

 

Si bien la Navidad es la celebración de esa luz que Juan dice, “ilumina a todos”, es importante preguntarse, ¿actualmente brilla esa luz en mi vida?.  Hoy, vivimos en un mundo nublado por la oscuridad del pecado.  Justo ayer, por ejemplo, leí un artículo en ‘New York Times’ sobre una anciana de Tulsa, Oklahoma, que publicó una petición en Craigslist que dice: “¿alguien necesita una abuela para Navidad?  ¡Traeré comida y regalos para los niños!  No tengo a nadie y me duele mucho”.

 

En las respuestas a su publicación, algunos fueron tan crueles. Uno le dijo que “se suicidara”, mientras que otro le dijo que era un “parásito que espera aprovecharse de una familia generosa”. Mientras leía, me pregunté, ¿En qué clase de mundo vivimos hoy? Un mundo gobernado por el odio y que ha perdido la bondad humana.

 

Es en este mundo que Cristo nace para salvar.  Por lo tanto, es importante recordarnos que la Navidad se trata de Cristo y de lo que Dios hizo por nosotros y no solo sobre nosotros mismos y de nuestros deseos egoístas.  Para recordarme esta verdad, un amigo me envió en broma lo que llamó las tres reglas navideñas: “Si no puedes comprar ropa nueva, usa la que ya tienes. Es el cumpleaños de Jesús y no el tuyo. No deberías vestirte mejor que el celebrante.

Si no puedes comprar el tipo de comida que quieres, come lo que tienes y sigue adelante. Si no le dices a la gente lo que comiste, nadie lo sabrá ya que tu estómago no tiene ‘vidrio de exhibición’,  “Si no tienes el dinero para viajar a Memphis, quédate donde estás. Después de todo, Jesús no nació en Memphis y tampoco es el lugar designado para la celebración de su cumpleaños”. Si su hijo no aprecia el regalo que le compra, recuérdele que es el cumpleaños de Cristo y no el suyo.

Aunque podemos reírnos de estas palabras, nos recuerdan que la Navidad no es necesaria para nosotros sino está enfocada en el amor que Dios nos ha dado a través Dios-Niño- Jesucristo.  La pregunta importante hoy es, ¿qué impacto tendrá el nacimiento de Cristo en mi vida espiritual además de la alegría social que conlleva?  Recuerde, aunque agradecemos celebrar la Navidad, también nos dedicamos a ser el instrumento de la presencia de Dios en la vida de los demás. Tú estas celebrando diciembre o Navidad?

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